domingo, 16 de octubre de 2011

Memorias de Gizmo.

Ahí estaba yo, un simple perro de peluche relleno de algodón, perdido en la penumbra de de los almacenes de Ikea. Tenia claro que ese no era mi lugar, esperaba el momento de encontrar a alguien que me sacase de ese lugar cochambroso y con un obsesivo orden al mismo tiempo.

Mis esperanzas empezaban a menguar cuando vi a esa persona. Nuestras miradas se cruzaron y durante unos instantes puder ver en sus ojos que era unica. Tenia que conseguirla a cualquier precio. El problema es que soy un peluche, no puedo moverme, pero esa persona vio algo también en mi, se paro, se acerco a mi y sin dudarlo me agarro y me deposito en el carrito de la compra. De camino a la caja mil pensamientos rondaron mi cabeza rellena de algodón. ¿A donde me llevará? ¿Me tratará bien? Pero no me importaba en realidad, sabía que esa persona era la correcta. Nos montamos es en coche y por la ventanilla del coche, mientra la persona me abrazaba pude ver la armonía de luces de la noche de Madrid.

Llegamos a su hogar y allí pude descubrir que en efecto era la persona que estaba buscando para cuidar de mi ser. Ella me trataba bien, me transmitía ternura y en fin, era feliz conmigo también. Todo era perfecto, era un perro de peluche feliz.



Continuará.

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