lunes, 3 de diciembre de 2012

Dietilamida de ácido lisérgico.

Colocado, estoy muy colocado. Vivo cada segundo de esa canción de Jimmy Hendrix de más de 10
minutos que ni se como se llama mientras veo un video titulado "epilepsia" en el ordenador. Tengo el volumen a tope, las ventanas vibran,  pero ya no quedan vecinos en este destartalado edificio alejado de la mano de Dios.


Mantengo una extraña conversación con el Spiderman de juguete que me regaló mi padre cuando tenia 11 años. Me cuenta aquella aventura en la que perdió su pierna luchando contra un Action Man. Me dice que cierre los ojos y yo le hago caso.

No se como he llegado hasta aquí, pero estoy en el estudio de amigo Carlos.
Carlos desapareció hace 3 años cuando decidió vivir la vida. El muñeco de 64 articulaciones me dice que pase por la puerta roja que hay al lado de la ventana y como no, vuelvo a hacerle caso. 

Solo veo una tenue luz que cambia de color cada 8 segundos, la música cada vez suena más alto, pero se que mi mente no está en mi habitación. Se que cada vez hace más y más calor, empieza a ser insoportable. Hay un sofá, ahí está sentado el muñeco de Spiderman. La comodidad me puede y también me siento. 

El silencio es incómodo, es como si mi extraño compañero hubiese perdido su cabeza rellena de polietileno. Al cabo del rato me mira, fijamente a los ojos. Muy sospechoso esto.


-¿No es el sofá más cómodo que has probado nunca?
-La verdad es que es demasiado cómodo.
-Vamos a estar aquí mucho tiempo, deberías encontrar una buena postura.

Entonces me dí cuenta de que no volvería a abrir los ojos.